Por: @CamiNogales
Partiendo de quejas generales y de las propias, pude concluir que urge una especie de 'Urbanidad de Carreño' para Whatsapp. Yo me atrevo a proponer este borrador del manual para el que tendré en cuenta sus propuestas en la elaboración del documento final.
Lo primero y más importante es saludar al interlocutor, un hola contiene solo cuatro letras y es la mínima y básica regla de educación, pero muchos usuarios de este servicio de mensajería no la aplican. Paso seguido, pida el favor o remítase al asunto de la conversación. Si le hacen el favor, agradezca; si no se lo hacen, haga lo propio, y no deje a su interlocutor a la espera de un mensaje que concluya la conversación. Recuerden que lo cortés no quita lo valiente y así como saluda, despídase.
Si el mensaje que va a enviar es muy largo, no mande una nota de voz de más de un minuto que lo único que denota es su tacañería, y mejor haga una llamada. A quienes les gusta enviar notas de voz, piensen antes en que su interlocutor puede estar en algún lugar que le impide escucharla.
Si se empecina en enviarla, haga una prueba de sonido antes de proceder porque algunas notas ni siquiera se entienden por los susurros del emisor o el ruido de fondo que lo acompaña. Estas notas de voz deben contar con un máximo de 30 segundos de tiempo, aunque, con base en el uso que le han dado, sería mejor su abolición.
En un chat de grupo remítase solo al objetivo del mismo. Si es laboral no respondan todos al mismo tiempo ok jefe, gracias jefe, sí jefe, bueno jefe… los resultados se verán sin necesidad de descargar los celulares ajenos con tanta respuesta inoficiosa. Tampoco envíe memes o información que nada tiene que ver con el tema del grupo, ni entable una conversación con una sola persona, porque para eso está el chat personal.
Si no es un contacto usual de la persona a la que le escribe, salude e identifíquese, en lugar de pedir favores o impartir órdenes, obligando a la otra persona a decir una mentira piadosa: “perdón, me recuerdas tu nombre, es que se me borraron los contactos”.
Si le hacen una pregunta, lea y responda. Pero no deje a la persona en leído, eso es como cuando usted va por la calle, saluda y no le contestan. Si está muy ocupada, hágalo saber. De lo contrario, su gesto será interpretado como un desplante de muy mala educación. En últimas responda el tan odiado ‘ok’ que es preferible al silencio.
Si le mandan información de importancia, diga gracias, se demora menos que buscando un sticker. Si va a enviar memes, videos y stickers, hágalo cuando realmente valga la pena. Recomendable hacerlo muy de vez en cuando para evitar que lo bloqueen.
Si va a contar su vida y obra, le sugiero citar al otro en un café para hablar porque el chat le quita sabor al chisme. En tiempos de coronavirus, la videoconferencia es la solución.
Tampoco haga videollamadas sin una concertación previa porque se puede encontrar con sorpresas no muy agradables para ambos que puede generar incomodidad en la comunicación.
Recuerde que usted no es el centro del universo de nadie, así que no reporte cada una de sus actividades vía chat, cuando ni siquiera le pregunta a su interlocutor cómo está. El escrutinio público del que somos objeto en el momento que salirnos de un grupo, hace que solo lo hagamos cuando definitivamente no formamos parte de él y tengamos que permanecer en otros, los cuales silenciamos por un año, por simple cortesía.
Recuerde que si alguien está en línea, no está obligado a escribirle y no necesariamente obedece a un asunto personal. ¡Deje la paranoia!
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