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domingo, 20 de agosto de 2017

Escribir para vivir




Por: @CamiNogales


No sé qué sería de mi vida sin escribir. Seguramente estaría muy aburrida o mi salud mental empeoraría considerablemente. No sé si lo hago bien, regular o mal, lo que si sé es que, desde que tengo uso de razón, ha sido mi mayor distracción y mi mejor terapia. 

Contrario a mis compañeritos de colegio, amaba que me castigaran poniéndome planas: “No vuelvo a hablar en clase”, cincuenta veces, era el mejor parche para una tarde después de llegar al colegio. Esa era la única tarea que hacía, a conciencia, y realmente disfrutaba. Rayaba todo lo que me era posible y, desde entonces, teniendo en cuenta mi timidez, esa ha sido mi mejor herramienta de comunicación. 

A veces quiero decir muchas cosas y, cuando tengo ese alguien al frente, no puedo. En cambio, si tuviera un computador o un esfero, porque asumo dignamente que preferiría toda la vida seguir escribiendo a mano y con esferos de colores, pero los avances tecnológicos me lo impiden, mi mensaje fluiría. 

Como en segundo de primaria comencé a escribir diarios, los cuales me gustaría tener en mis manos para saber qué era lo que escribía. Solo recuerdo, ya adolescente, con una traga del colegio, que escribía todos los pormenores de  ese amor: “hoy llegué al colegio, me miró, pero no me saludó, aunque se me salía el corazón, yo me hice la loca…” Me imagino que todo era por el estilo. Escribí canciones, pero como mi voz no me dio para cantarlas, desaparecieron. 

Cuando era fan de Menudo, aproveché esta facultad para escribirles una carta, que me gustaría tenerla en mis manos, pues hoy no tengo idea cuántas sandeces escribí. Ellos me respondieron (una fotocopia), que yo creí que era solo dirigida a mi, conmovidos por la confesión de mis sentimientos hacia ellos. Lamentablemente no fue así. 

En mi primer tratamiento con un bioenergético, él descubrió que la mejor forma para exorcizarme no era con agua bendita, sino dejándome tareas escritas para cada sesión y con esos textos semanales fue posible sacar y tratar estos diablitos internos que nunca hubiera descubierto hablando, simplemente porque no habría podido sacarlos de esa forma. 

Empecé a escribir una novela en un computador un poco viejo que se perdió cuando éste decidió pasar a mejor vida. Estudié Comunicación Social porque quería dedicarme a escribir, aunque la vida me ha llevado por otros campos que no me interesaba descubrir, la base de todo ha sido la escritura. 

Mis agendas en la universidad parecían todo menos una agenda universitaria. En ellas no anotaba los trabajos que debería hacer, sino mis anécdotas diarias que se quedaron en la basura recogida en cada uno de los trasteos que he hecho en mi vida. 

Empecé este blog porque, viviendo en un mundo tan cuadriculado, me despejo escribiendo otras cosas poco trascendentales. Por ese mismo motivo decidí aprender stand-up comedy y, aunque la base de esta profesión es la escritura, todo está bien hasta que llega el momento de decir la rutina. Y pese a que el chat es tan impersonal para mi, en algunos casos, es mucho mejor hablar por esa vía en lugar de hacerlo telefónicamente. 

Como esta es una necesidad básica en mi vida y solo aquí me doy licencia de escribir lo que me dé y como me dé la gana, sin que nadie me dé una línea para hacerlo, compré otro dominio http://caminogales.com.co solo para que no me pase lo mismo de antes, y no pierda todo lo que he escrito y pueda tener un espacio que me permita satisfacer esta necesidad. 


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