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jueves, 9 de febrero de 2017

El dolor de los 'cachos'



Por: @CamiNogales


Cada vez que hablamos de ‘cachos’ pensamos en las infidelidades de pareja, pero me voy a referir a unos que duelen mucho más. En política ocurren a diario, por solo citar un ejemplo, son los cachos que está planeando ponerle el expresidente Álvaro Uribe  a Óscar Iván Zuluaga, con Iván Duque. Después de que hace cuatro años lo respaldó irrestrictamente, y de que éste ha sido incondicional con él, ahora lo cambia por Duque.

Uribe también fue víctima de los mismos cachos de parte del presidente Juan Manuel Santos, ‘tusa’ que ya cumplirá ocho años y en la que manifiesta el mismo dolor que en un principio.

Todo esto se convierte en un círculo vicioso, o qué me dicen de las historias de capos del narcotráfico que todas son similares a la de alias ‘Jabón’, que huyó a Venezuela, donde se alió con militarse venezolanos y sus supuestos aliados, lo asesinaron. Estas traiciones son peores que los cachos comunes.

Pero, en mi concepto, los peores fueron los que alias ‘Monoleche’ y Vicente Castaño, hermano de Carlos Castaño, le pusieron a él. El protegido y hombre de confianza, y su hermano, se aliaron para matarlo.

Aunque los cachos de la pareja duelen, el riesgo siempre está ahí, pero el de un amigo, un socio o un familiar, uno no se lo espera. A quién de ustedes no le quitó el novio una amiga…¿qué le dolió más? ¿el novio o la amiga?

Obvio la amiga porque a ella le confiamos nuestros secretos del alma y del corazón. A mi juicio la amistad siempre será más importante que un noviazgo porque creo que perdura por siempre, por eso cada desilusión que he tenido en ese sentido ha sido más dura que una tusa. 


Aunque es muy triste, en este mundo del sálvese quien pueda, he conocido personas que por un trabajo, plata o poder, no solo son capaces de poner los cachos, sino de matar, al peor estilo de los capos, a su mejor amigo con tal de alcanzar su objetivo. Es por eso que hay que tener mucho cuidado para escoger lo que entregamos y a quién se lo entregamos, para que, ‘por si los cachos’, no suframos tanto. 

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