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domingo, 8 de enero de 2017

La ‘Moza’



Por: @CamiNogales


Cuando hablamos de ‘La Moza’ nos referimos a la amante de un hombre casado, pero si le ponemos masculino (mozo) termina siendo un camarero. Aclaro, antes de seguir escribiendo, que no soy feminista, pero lo que sí es cierto es que estoy indignada porque la definición es el fiel reflejo de la realidad que vivimos.

Mi indignación comenzó con el caso de infidelidad de Fredy Guarín con la modelo Sara Uribe. Hablé con un amigo que defendía a San Fredy argumentando que él estaba mal, semejante ‘mamacita’ se le metió por los ojos y el pobre no tuvo opción diferente que hacerle el favorcito. Otro, un poco más sensato, decía que la culpa era de los dos y ambos cometieron un error.

Al respecto yo opino lo siguiente, a pesar de no tener la más mínima idea de los pormenores de la relación, diferente a lo que ha salido en los medios de comunicación: si fuera verdadera la teoría de que el man se metió con Sara porque estaba confundido y ella, semejante ‘viejota’, se le metió hasta por los ojos, pues me parece muy débil y muy básico.

¿Ambos cometieron un error? Tampoco me parece, el error es de él porque ella estaba soltera y no le debe nada a nadie, el único comprometido era Guarín, entonces quién tiene la culpa. Si hay algo que tengo claro es que, desde pequeñas, cuando soñamos con el Príncipe Azul, ese príncipe no es casado.

No he escuchado a la primera mujer que su gran sueño sea salir con un hombre casado por tratarse de una relación llena de límites. Por solo poner un ejemplo, hay unos horarios establecidos para la relación y si a la mujer le ocurre alguna calamidad fuera de estas horas, pues de malas, que se la coma el tigre, porque no puede ni llamar a contarle.

Así como el trago es un embellecedor, el anillo de compromiso de un hombre es un ‘desembellecedor’. A estas alturas del partido lo primero que mira uno, antes de mirar la cara, es la mano y el anillo en el dedo anular hace que, de una, perdamos el encanto. Pero ellos la tienen tan clara y, una vez encuentran la víctima, empiezan a joder, siguen jodiendo, hasta que, después de tanta persistencia, la dejan bien jodida.

Por qué tienen que decir ahora que Sara Uribe es la culpable, quién dijo que después de que Guarín la conquistó, ella no se enamoró. Si uno escogiera de quién enamorarse la vida sería más fácil, pero la razón y el corazón nunca estarán de acuerdo. Dicen que una mujer como ella qué se iba a enamorar de ese man y, aunque es cierto, eso pasa, uno se enamora y ya.

Guarín, como siempre pasa en estos casos, volvió con su mujer, y quién quedó, no solo entusada, sino enredada en un escándalo por haberse metido en una relación de dos: obvio ella. Nadie mira la otra cara de la moneda y el sufrimiento que ha tenido que pasar por alguien que no la respetó ni a ella, ni su matrimonio.

Tal vez el mensaje de año nuevo de Sara resume esta pesadilla afirmando que permitió entrar a su vida a una persona “que me sacó sonrisas pero la verdad fueron más lágrimas. Este caballero me denigró como mujer y acabó con mi imagen dejándome por el suelo y en burla de un país, pero esta guerrera de la vida se paró, dio la cara, y pidió perdón a quien debía hacerlo y no precisamente a quienes ustedes creen”.


La respuesta de San Fredy, a quien le pondré una vela, fue una foto en Instagram con su esposa en la que escribe “es a la única a la cual le debo corresponder como hombre.. hay un pasado del que se aprendió un presente de reconstrucción y un futuro de felicidad y amor.. declaró en el nombre de Dios mis sentimientos.. te amo dama, amor de mi vida.. amor verdadero”. Así, como en todas estas historias, el desenlace es el mismo: el Santo quedó feliz y la ‘otra’, vuelta mierda.

4 comentarios:

  1. Triste, pero asi son las experiencias de la vida, por eso las mujeres somos tan rancias algunas veces con los desconocidos

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  2. Triste, pero asi son las experiencias de la vida, por eso las mujeres somos tan rancias algunas veces con los desconocidos

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  3. ¡Graciass Alison por leerme y por tu comentario!

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  4. Cami, aunque estoy de acuerdo contigo, me parece que muchísimos casos en la actualidad la argolla de matrimonio es un embellecedor y hasta un iman. ACLARO tanto para hombres como para mujeres y la motivación de relaciones sin compromisos son más vigentes y apetecidas de lo que quisiéramos pensar o aceptar....no es famoso el adagio popular que reza que el hombre propone y la mujer dispone? Y para no parecer machista pasa a la inversa por montones...y bueno Guarin hizo lo propio "el que peca y reza empata"

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