Si alguna vez asistió a una miniteca con The Best Megafiestas, cantó “Like a Virgin”, bailó “Boys, boys, boys, I’m looking for a good time…”, comió helado en Crepes y en Von Glacet, pizza en Domo, iba a Burger King o Uniplay en Unicentro, creo que usted, al igual que yo, pasó de la niñez en la adolescencia en los 80’s.
También le encantaba Cindy Lauper, pero no por canciones como “Girls just wanna have fun”, sino por su pinta. Intentó bailar breakdance y gozó, entre otros, con Charly García, Prisioneros, Los Toreros Muertos, Hombres G, Miguel Mateus, Pasaporte y Compañía Ilimitada. Adicional a esto, soñó con bailar Beat it o Thriller, al estilo Michael Jackson, a quien conoció con su empaque original y fue testigo de su transformación.
De hecho, yo también sufrí muchas transformaciones, no sólo por el paso de los años, sino porque me gustaba estar a la moda. Pero lo que más recuerdo es que, en mi afán de no ser lisa, me hice la permanente. Esto sería lo de menos si hubiera tenido el pelo más largo, pero como no era así, se me encogió un tantico.
Con el agravante de que, después de ver a Madonna, todas queríamos ser monas y, en lugar de ir a la peluquería a cambiar el color de pelo, acudíamos a métodos non sanctos como el ‘Sol Eclair’. Lo confieso: yo acudí a este spray, con una alta dosis de agua oxigenada, y mi mejor amigo fue el encargado de aplicarme esta sustancia.
Él era todo un especialista, que después de echarme todo el tarro encima, leyó las instrucciones en las cuales decía que si la persona tenía permanente, sólo se debería aplicar la mitad. Gracias…ya no había nada que hacer, sólo exhibir con orgullo mi pelo crespo, color zanahoria.
Las sombras rosadas y violetas, los labios rosados, las uñas fucsia, verde o negras, adornaban mi nuevo look que, con el paso del tiempo, se convirtió en un copete Alf. Sí, como el del famoso extraterrestre de la televisión. Los instrumentos necesarios para quedar así eran una peinilla para enredar y parar el copete, y el gel o agua con azúcar que posibilitaban su permanencia. Para ese fin, el agua con azúcar era más efectivo porque uno dormía y se levantaba, a la moda, con ese copete que no lo bajaba nadie.
Para salir de noche, nada mejor que un gel con escarcha para no pasar desapercibida, delineador negro en el párpado y debajo del ojo, sombras de colores, minifalda de jean, medias negras estampadas, una blusa larga fucsia con cinturón ancho, las manos llenas de gumis y botines negros Reebok.
Cabe anotar que, para los menos pudientes, como yo, los botines eran Rebook. Lo triste es que la gente no valoraba el trabajo, ni el tiempo que tardábamos arreglándonos, además de la ilusión de unas adolescentes de ir a bailar “El baile de los que sobran”, pues, al vernos, a dos amigas y a mí, con esas pintas, no nos dejaron entrar a una fiesta y nosotras, carentes de dignidad, nos quedamos toda la noche afuera y nuestros amigos salían, por turnos, a visitarnos.
Los lugares predilectos y de moda de esa época eran la pizzería Domo, Uniplay y Burger King en Unicentro y La Perrada de Édgar, entre otros. ¿Saben qué se hacía en esos sitios? Nada. Cuando digo nada, es nada…pasábamos a ver quién estaba, mirábamos de reojo y seguíamos derecho, esperando a que alguien nos hablara. El resultado casi siempre era el mismo, motivo por el cual volvíamos a pasar por los mismos lugares.
Igualmente, la tienda de barrio era la mejor disculpa para eludir las tareas. A la vuelta del colegio, siempre había algo que comprar allí, donde uno se encontraba con todos los amigos que estaban haciendo exactamente lo mismo que uno: vagar. Pero es que, pónganse en nuestro lugar, ¿qué era más atractivo, leer “La Rebelión de las Ratas” o ir a encontrarse con los amigos del barrio, que estaban huyendo del demonio del conocimiento?
Pero tampoco piensen que, en los 80’s no se leía. Claro que sí, los viernes El Tiempo tenía la ‘Página del Rock’, que venía con la letra de una canción de moda y noticias musicales. Ese era todo un clásico de la literatura e infaltable en mi casa, que me facilitaba el aprendizaje de las canciones. Es que sacarle la letra a una canción era muy difícil si se tiene en cuenta que estaba grabada en un casete, con la voz del DJ de la emisora, de fondo.
Los primeros pinitos en el baile los hice en esa época. De breakdance más bien poco, mi motricidad me lo impedía. Aunque, para estar a la vanguardia me sabía sus canciones: “Beat street the king of the beat, you see him rocking that beat from across the street And Huh Huh!...” Para que vean que todavía me acuerdo. Tampoco aprendí a bailar otros ritmos porque en las fiestas, la mayoría de las veces, comía pavo.
El hecho es que yo viví a plenitud esa década, en la que el líder de opinión de ese entonces era Alejandro Villalobos. También moría de risa con Papuchis, Don Fulgencio y Carlota, y con las ‘Musas a Mí’ de Gabriel de las Casas. Veía ‘Lazos Familiares’, ‘Alf’, ‘Los Magníficos’, ‘Los Duques de Hazzard’, ‘La Familia Ingalls’ y ‘Los Waltons’, entre otros. La televisión, la música, mis amigos y la moda fueron los que me acompañaron en esta etapa tan importante en mi vida. Así que si tiene que hacer algún reclamo por mi desarrollo personal y profesional, hagáselo a mi pasado ochentero.
He leído mil historias y comentarios de los Billis de Unicentro, pero en ninguno encuentro que se hable de sus inicios que no era solo Uniplay, sino un restaurante llamado Uniclub también dentro de Unicentro y donde habían máquinas de "marcianitos", de Aki, de Hipopotamus, de Zingara, de la bolera = billares de Unicentro, la famosa "nevera" donde nos llevaban los celadores cuando hacíamos algo malo dentro del centro comercial....hay muchos vacíos e historias que nadie ha contado....
ResponderEliminarestoy haciendo un trabajo sobre los billis, pero no hay mucha información, sera que usted me puede contar todo lo que sepa sobre ellos, estaría muy agradicido.
Eliminarhola, pues no sé mucho de ellos, pero ps si quieres, hablamos
ResponderEliminaryo también estoy haciendo un trabajo acerca de los billis de unicentro, si alguien tiene información acerca de ellos, estaría muy agradecida si me contacta.
ResponderEliminarcorreo: maripaulismg@gmail.com