Por: @CamiNogales
¡My name is Camila…and I´m from Colombia! Ojalá esa hubiera sido mi única frase de reina de belleza, pero no. Si bien es cierto que siempre queremos hacer gala de nuestra inteligencia, en algún momento de la vida, hemos respondido como todas unas reinas. Lo que pasa es que no hay cámaras que registren ese momento, ni personas atentas a las respuestas, así que han pasado desapercibidas.
De hecho, no siempre, lo cierto es que el otro día dos amigos me preguntaron qué era lo primero que le miraba a un hombre y yo respondí: “la inteligencia”. Ya se imaginarán la risa que les dio a ellos mi respuesta, la cual defendí al máximo, pero de la que me reí sola porque no tenía ningún sentido. ¿Cómo hace uno para saber, a simple vista, si el tipo que le gusta es inteligente? Es absurdo pero era para demostrar, al mejor estilo de las reinas, que yo no era superficial. Lo reconozco, fracasé en el intento.
Otro día, a mis mismos amigos, los cuales perderé más temprano que tarde si sigo con estas respuestas, les dije que necesitaba un hombre que me quisiera, sin importar su condición social. Ellos me la montaron, es más, aún siguen riéndose de semejante respuesta en la que yo les reiteré que sólo necesito de amor para vivir, como si en la vida no se necesitara de nada más y los recibos, el mercado y todo lo demás se obtuviera a cambio de puro amor. Pero lo que yo quería decirles era que la plata no lo era todo y que cuando hay amor hay cosas más importantes y lo demás se va construyendo, en fin, me enredé...explicación no pedida, acusación manifiesta.
Claro que lo que me ha pasado a mí es nada, en comparación con la exseñorita Colombia, Valerie Domínguez. Aunque me solidarizo con ella, sé que los argumentos expuestos para defender su inocencia sobre el crédito de Agro Ingreso Seguro (AIS) no fueron los más contundentes. Palabras más, palabras menos, ella firmó ese crédito sin saber de qué se trataba, lo hizo por amor. Sí, un crédito de más de 300 millones de pesos, de los cuales ella aseguró desconocer su procedencia. Sin embargo, vale la pena destacar la gallardía con la que reconoció que este podría ser un capítulo de “Los caballeros las prefieren brutas”.
Así como a Valerie le imputaron cargos, hay otras reinas con las que se debería proceder de igual forma porque he visto cosas peores y lo que yo he dicho es nada en comparación a ellas. ¿Se acuerdan de Andrea Nocetti? Ella fue Miss Colombia en el 2001 y aunque no me voy a referir a ninguna respuesta suya en particular, sí lo voy a hacer a la vez que participó en el show de David Letterman. Allí se atrevió a decir que quería ser cantante y tuvo la osadía de cantar, de la manera más desafinada, “Noches de Cartagena”…después de semejante oso, las palabras sobraban.
Sin embargo, las respuestas de las reinas rebasan los límites de la imaginación. Esta, del reinado de Panamá, es memorable: “Confucio fue uno de los que inventó la confusión y por eso de lo más antiguo fue uno de los chinos, japoneses que fue de lo más antiguo. Gracias”. Yo sólo me pregunto, después de semejante barbaridad, ¿qué es lo que agradece?
Pero esto no termina aquí. En Honduras, Tatiana Mejía, señorita Tegucigalpa, respondió a la pregunta de “¿con cuál personaje histórico de Honduras te identificas?” lo siguiente: “Buenas noches, me llamo Tatiana Mejía y represento a Tegucigalpa muy orgullosamente. Me identifico con mi madre porque ella tiene carácter y sabe cómo actuar cuando hay problemas. Gracias”. Lo que más me ofende de esta respuesta es que vuelve a agradecer.
Miren esta pregunta: “Si tuviera la oportunidad de que se le cumplieran tres deseos, ¿cuáles serían?” Hasta ahí todo normal, pero qué tal la respuesta de la señorita Ibeth Martínez: “Primeramente estar con mi familia, tener mucha salud y ser muy inteligente”. El único deseo que le justifico de los tres, por obvias razones, es el tercero.
En 1998, Jorge Alfredo Vargas le preguntó a Claribeth Yesica Valencia, señorita Chocó: “¿Cómo te sientes juzgada por un jurado internacional y no uno de tu país?” a lo que ella respondió: “La niña debe tener un perfil que se presente internacionalmente. Es un jurado internacional porque logra ver en la niña que se presente, logra reunir, logra ver en la niña que se presente que se reúnan las condiciones para una Miss Colombia internacional”. ¿Les quedó claro? A mí me quedo clarísimo.
Pero en el año 2000 la señorita Cauca, Mónica Caicedo, opinó sobre Lady Di y, al respecto, dijo: “afortunadamente que ya falleció porque es una mujer que de verdad, es una mujer que…que le daba a la gente que verdad lo necesitaba y por eso quería conocerla”. Helloooo Mónica, ¿no se te ocurrió otra palabra distinta a afortunadamente? Sólo espero que Lady Di no te haya jalado las patas después de decir semejante perla.
Yo sé que ustedes me van a decir que me falta la de la señorita Antioquia: “hombre con hombre, mujer con mujer…”, y muchísimas más. Después de revisar estas respuestas, puedo concluir que las reinas son inigualables e insuperables y, aunque en algunas ocasiones me he acercado, todavía me falta mucho para reinar. Por lo pronto, podrían llamarme princesa.
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